Denominada la noche más tenebrosa del año, Halloween es una festividad que acumula siglos de tradición. De orígenes celtas e influencias romanas y cristianas, esta fecha es una celebración emblemática alrededor de todo el mundo.
Los inicios de Halloween se remontan a Samhain, una festividad celta que marca el final de la época de cosecha. Se cree que durante la noche del 31 de octubre el velo entre el mundo de los vivos y los muertos se debilita, permitiendo que los espíritus vaguen libremente. Con el paso de los siglos, Samhain se asoció con la celebración cristiana del Día de Todos los Santos, y así surge Halloween tal y como lo conocemos en la actualidad.
Hoy en día, Halloween recibe distintos nombres según la cultura y el país, pero si hay algo que todas comparten, es el ritual gastronómico. Hoy descubrimos cinco dulces internacionales para degustar junto a nuestros minis cubanos favoritos, tanto en Halloween como en el Día de Todos los Santos.
Barmbrack (Irlanda)
Este pan dulce irlandés, hecho con pasas y frutas confitadas es un imprescindible en Halloween. Presenta una textura suave y esponjosa, y se hornea con frutas maceradas en té negro. Además, incluye “sorpresas” en su interior: un anillo, un guisante o una moneda, que simbolizan buena suerte, matrimonio o fortuna para quien la encuentre.
El barmbrack se sirve con mantequilla y té en la noche del 31 de octubre. Nosotros recomendamos encender un Cohiba Wide Short cuyo carácter aromático realza la dulzura de este emblemático pan.
Manzanas caramelizadas (EE. UU.)
Un clásico del Halloween estadounidense, las manzana caramelizada encarna el espíritu festivo de la temporada. Consiste en una manzana entera atravesada por un palito de brocheta y cubierta con una capa brillante de caramelo. En ocasiones, también podemos encontrar variaciones con nueces o chocolate, aportándonos diferentes grados de dulzor.
La manzana es una fruta típica del otoño, por lo que no es de extrañar que estos dulces sean un elemento esencial en Halloween. Un tip: nada como mezclar la suavidad del caramelo derretido con la potencia de un Partagás Chicos, un contraste que despierta el paladar.
Huesos de santo (España)
Elaborados a base de mazapán, los huesos de santo representan una de las tradiciones más dulces y emblemáticas de España. El mazapán se enrolla formando un “hueso” que luego se rellena de dulce de yema, si bien también puede utilizarse cabello de ángel, chocolate o mermelada que aporta distintos matices de sabor y color.
Este dulce no se disfruta en la noche de Halloween, sino a la mañana siguiente, en la celebración del Día de Todos los Santos, ya que simboliza los huesos de los mártires. La gran concentración de azúcar de este dulce requiere de un mini cigarro cubano suave y sutil. ¿Nuestra sugerencia? Un Guantanamera Mini.
Pan de muerto (México)
Halloween es al mundo anglosajón lo que Día de Muertos representa para México. Se celebra entre el 1 y 2 de noviembre y se caracteriza por homenajear a los difuntos con toda clase de rituales: desde un altares de muertos y calaveras decoradas hasta exuberantes ofrendas.
Entre los elementos más emblemáticos destaca el pan de muerto: una confección esponjosa, aromatizada con anís y espolvoreada con azúcar que se coloca en los altares como ofrenda a los seres queridos. Lo normal es que sea pequeño y decorado con dos “huesitos” cruzados que simbolizan el ciclo de la vida y muerte. Para equilibrar la dulzura de este tradicional pan, nada mejor que un Montecristo Open Mini, un mini cubano con intensidad y complementa la experiencia señorial.
Colada Morada (Ecuador)
No todos los dulces tienen que comerse y ese es el caso de la colada morada. Esta bebida tradicional de Ecuador se elabora hasta con 25 ingredientes, entre los que destacan la mora, el mortiño y la fécula de maíz. La mezcla da como resultado un característico sabor dulce con toques especiados, que se equilibra muy bien con un cigarrito suave y de notas dulces como Romeo y Julieta Club.
La colada morada se disfruta en el Día de los Difuntos (2 de noviembre) y normalmente se acompaña de “guaguas” de pan, pequeños panecillos decorados como si fueran bebés o niños pequeños que simbolizan alianzas y compromisos sociales.
Halloween es mucho más que películas de terror y disfraces a medianoche. Es una tradición que une festividades paganas y religiosas, y que se celebra en todo el mundo bajo diferentes nombres y con diversos rituales. Pero si hay algo que todos tienen en común es su gusto por la gastronomía y su homenaje a quienes ya no están. Es tan internacional como disfrutar de un delicioso mini cigarro cubano.




