Cubano de nacimiento y gallego de adopción, Ariel Álvarez inaugura la sección de entrevistas de este blog para contarnos algo de lo que ha aprendido tras 20 años detrás del mostrador de su estanco.
Ariel Álvarez Machado nació en La Habana hace 52 años, pero este cubano de nacimiento se ha convertido en gallego de adopción tras más de dos décadas viviendo en A Coruña (España). Allí está al frente de expendeduría, Cava Viñales (calle Capitán Juan Varela, 6), una labor que comparte con su mujer Belén desde 2003. “Me encanta mi trabajo, especialmente la parte de aconsejar, orientar al cliente, sobre todo a los más jóvenes. Al final, cuando nos metemos en la cava y recomendamos, eso es la verdadera venta; lo que hacemos fuera es expender únicamente”, explica cuando le preguntamos por su oficio.
Toda esa experiencia le hace tener claro el perfil de cada cliente: “El consumidor de minis suele ser alguien que ha dado el paso hacia esta categoría de productos desde los cigarrillos. También hay aficionados a los Habanos que, por tiempo, economía o por las similitudes con el sabor del puro, se quedan en los minis cubanos”. Dice que en su estanco la edad media del consumidor de minis es de unos 30 y tantos años, ya que normalmente con más edad o se pasan a los puros o lo dejan. Aunque también están los aficionados que compaginan ambos y los reparten según la ocasión.
Sobre los minis cubanos y la comparación con otras procedencias tampoco tiene duda: “La clave está en la materia prima. Al final hablamos en todos los casos de cigarros mecanizados, pero la materia prima de los cigarritos mini cubanos marca la diferencia”. En su estanco se puede encontrar buena parte del portafolio de los minis cubanos: Cohiba, Montecristo, Romeo y Julieta, Partagás, Punch y Guantanamera, en sus distintos formatos. Y entre ellos los más vendidos son los Cohiba y los Punch, “aunque esto puede cambiar, va por épocas”, matiza.
Si nos centramos en su faceta como fumador, la respuesta cambia: “Mi favorito es Montecristo Short, por su calibre más grueso dentro de los minis y esa presentación, con celofán y anilla”. Sobre el momento que elige para encenderlos, ya que los compagina con los cigarros, habla de esos ratos en los que no se dispone de demasiado tiempo: “Yo lo hago, por ejemplo, con el café de la mañana. Eso es común entre los fumadores de minis: el cigarrito con el café y el de después de comer son los dos más habituales, y luego suelen encender otros cuatro o cinco durante el día”.
La típica pregunta de qué minis cubanos suele recomendar a sus clientes la zanja con la lógica respuesta: “Depende”. “Depende del cliente, del momento para el que lo quiera, de su situación… Por ejemplo, si nunca ha fumado antes podemos buscar algo más suave, aunque habrá que conocer sus gustos. Ese es el momento de la venta y del asesoramiento del que hablaba antes. Y si no le convence una marca, que nos pida consejo a los estanqueros, seguro que encontramos una que encaje con sus gustos”. Lo que Ariel también aconseja es el accesorio que todo fumador de minis necesita a su lado: un buen mechero. “Al final, a diferencia de un cigarrillo, el cigarrito mini se puede apagar con cierta facilidad, así que contar con un buen mechero es importante”.
Antes de despedirnos preguntamos a Ariel por una canción para un momento con un mini. “No tengo una canción concreta, pero desde luego elegiría música cubana, que me transporta a mis orígenes”. ¡Benditos orígenes, Ariel!