Con la llegada del otoño y de los días más frescos, el té caliente, una de las bebidas más antiguas y apreciadas del mundo, se convierte en una buena opción para acompañar un cigarrito mini cubano.
El origen del té se remonta a hace miles de años en China, donde se dice que fue descubierto por el emperador Shen Nong. Según la leyenda, un día el emperador se sentó para descansar y hervir agua, cuando unas hojas cayeron de manera casual en el agua, dejando en ella un color y un aroma únicos. Desde entonces, el té ha sido parte integral de la cultura y medicina del país asiático, y se ha extendido a lo largo de los siglos a otros continentes. Exploraremos a continuación algunas variedades que puedes encontrar fácilmente para calentar tu otoño.
Empecemos por una de las más conocidas: el té verde, ideal para aquellos que buscan un sabor ligero y herbal. Sus hojas se cuecen al vapor o se tuestan poco después de ser recolectadas, lo que permite preservar sus compuestos naturales, ya que experimentan poca o ninguna oxidación. Se le asocia frecuentemente el término té matcha, un fenómeno en Japón, que aunque a menudo se considera una variedad de té verde es en realidad una forma distinta de consumirlo. Las hojas se muelen hasta obtener un polvo finísimo, lo que intensifica su sabor y propiedades.
Otra de las variedades más populares es el té negro, cuyo sabor robusto y cálido, resultado de un alto nivel de oxigenación, resulta perfecto para los que buscan más intensidad. Aunque es el té más consumido en China, donde su calidad se mide por la integridad y frescura de las hojas -cuanto más completas y menos rotas, mejor-, también ha dado lugar a interesantes innovaciones populares en otros lugares. Un ejemplo es el té especiado, una mezcla de té negro con cardamomo, canela, clavo y jengibre que, acompañado de leche y azúcar, se transforma en una bebida deliciosa y energética. Este tipo de preparación se ha convertido en un verdadero ícono de la cultura india.
El té oolong se conoce por su equilibrio, y es una opción fascinante para los amantes de sabores complejos. En los menos oxigenados, se destacan notas florales y frutales, mientras que los más oxigenados tienen sabores más tostados y robustos, con matices que recuerdan a las nueces o el caramelo.
El té no sólo es una bebida, sino que también una experiencia que conecta culturas, relaja el cuerpo y nutre el alma. Y si quieres sublimar la experiencia, acompáñalo con un mini cubano.