Es una ciudad todoterreno: rica en historia, cultura, belleza y… cigarritos minis. Las calles adoquinadas, los edificios coloniales de gran colorido y la alegría de su gente son signos inconfundibles de La Habana, la capital de Cuba. Esta ciudad es un destino que no pasa desapercibido, y mucho menos si eres un aficionado a los cigarritos cubanos.
Nuestra primera parada es en el famoso Malecón, uno de los paseos marítimos más conocidos y fotografiados del mundo. Aquí puedes disfrutar de unas increíbles vistas al mar Caribe mientras enciendes un Cohiba Mini, único y exclusivo como este lugar.
Seguimos el paseo por La Habana Vieja, un lugar lleno de estrechas calles de piedra donde sentirás el origen de la Cuba más tradicional. Esta parte histórica de la capital conserva una arquitectura colonial única. Mientras admiras la impresionante fachada de la Catedral de La Habana y la Plaza de Armas puedes encenderte un Punch Mini, que se distingue por su sabor rico y fuerte y que atesora toda la esencia cubana.
Hacemos parada en el Capitolio: imponente edificio inspirado en el Capitolio de Washington D.C., es una arquitectura neoclásica que debes visitar al menos una vez en la vida. Admira la grandeza de su cúpula y observa los bellos alrededores mientras enciendes un Partagás Club.
Momento para degustar una ropa vieja o una yuca con mojo, platos indispensables de la gastronomía cubana. Marídalos con un refrescante y digestivo mojito cubano y déjate llevar por el aroma de un Montecristo Open Mini de postre.
En La Habana, además, se encuentra la fábrica de los mini cubanos (Internacional Cubana de Tabacos, S.A.), un lugar donde la tradición e innovación se unen para fabricar los cigarritos minis, elaborados con una importante parte de la esencia cubana: el tabaco negro. Y es que para elaborar cada mini cubano se necesitan materias primas de excelente calidad que provienen de las mejores zonas de cultivo de la isla.
Disfruta de los aromas cautivadores de las hojas de tabaco y llévate un trocito de Cuba.